Aeropuertos de México Ponen a Prueba su Seguridad con Simulacros a Gran Escala

Aeropuertos clave de México, incluyendo el AICM y el de Toluca, han realizado simulacros de emergencia a escala real para evaluar y fortalecer sus protocolos de seguridad y tiempos de respuesta ante diversas crisis.

El Grupo Aeroportuario Marina, a través del Aeropuerto Internacional Benito Juárez Ciudad de México (AICM) y en colaboración con Aeroméxico, llevó a cabo un simulacro de emergencia a escala real. El objetivo principal de este ejercicio fue evaluar la eficacia de sus planes de contingencia, mejorar los procedimientos existentes y optimizar los tiempos de respuesta ante una situación crítica. La hipótesis del simulacro se centró en una falla en una aeronave después de su aterrizaje y al llegar a la posición de desembarque. El protocolo se activó cuando la tripulación de la aeronave informó del incidente a la torre de control de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM). Inmediatamente, la aerolínea activó sus procedimientos de atención a emergencias y la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) ordenó la ejecución de los procesos establecidos en el plan de emergencia de la terminal. En el ejercicio participaron de manera conjunta la unidad del Servicio de Extinción de Incendios (SEI) del AICM, los servicios médicos del aeropuerto y personal naval que supervisa la seguridad, simulando el combate de fuego y el rescate de pasajeros. Las autoridades confirmaron que la ejecución del simulacro no afectó las operaciones de aterrizajes y despegues ni a los pasajeros del aeropuerto. Esta iniciativa para reforzar la seguridad no se limitó a la capital del país.

El Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT) también programó un simulacro, aunque con un escenario diferente: un ataque armado.

Este ejercicio, previsto para el 4 de diciembre, busca fortalecer la capacidad de respuesta ante amenazas específicas, involucrando a personal del aeropuerto, autoridades y brigadas internas para evaluar los tiempos de evacuación y la coordinación entre los equipos. Estos simulacros permiten a las instituciones poner en práctica sus protocolos, realizar los ajustes necesarios y garantizar una reacción óptima para proteger la vida de los pasajeros en una crisis real.