Clima de Descontento: Riesgo Político de México se Iguala al de Perú por Inseguridad y Corrupción



El riesgo político de México ha escalado significativamente, superando a Argentina y Colombia y alcanzando un puntaje de 55 en noviembre, el mismo nivel que Perú, según un índice de AtlasIntel. Este aumento, desde un puntaje de 47 en octubre, refleja una profunda frustración ciudadana con la delincuencia, la corrupción y el estancamiento económico. El índice, que opera en una escala de 0 a 100, se basa en la inestabilidad institucional, el conflicto social, la criminalidad y la corrupción. La percepción de inseguridad es generalizada. Una encuesta de AtlasIntel, realizada a 3,509 personas, mostró que el 77% de los mexicanos cree probable un aumento en los ataques y asesinatos de pandillas, mientras que un 76% espera más robos y asaltos. Este temor se ve alimentado por hechos como el asesinato de 10 alcaldes locales en lo que va del año, destacando el caso de Carlos Manzo, exalcalde de Uruapan, cuya muerte desató protestas masivas de la Generación Z en la Ciudad de México. Además, un 72% de los encuestados anticipa más protestas violentas en los próximos seis meses.
Este clima de descontento ha impactado la popularidad de la presidenta Claudia Sheinbaum, cuya aprobación cayó del 64% en octubre al 61% en noviembre, mientras que su desaprobación subió del 29% a casi el 35%. El pesimismo también abarca la lucha contra la corrupción, ya que el 71% espera revelaciones de nuevos fraudes a gran escala. El gobierno enfrenta un escándalo de contrabando de combustible que involucra a la Armada y que se considera un factor en la renuncia del fiscal general, Alejandro Gertz Manero. A pesar de la situación, casi el 58% de los encuestados cree que el gobierno ha manejado bien el tema del contrabando y el 66% tiene una opinión favorable de la Armada. Los principales problemas para la población son la corrupción (51%), la inseguridad y el narcotráfico (45%), y la inflación (36%). Políticamente, el partido gobernante Morena enfrenta el desafío de una población donde el 45% se declara sin ideología y el 34% se identifica con la derecha, frente a solo un 12% de izquierda.










