EE.UU. intensifica su ofensiva antinarcóticos en Latinoamérica con la mira en ataques terrestres y la Doctrina Monroe

El gobierno de Donald Trump ha anunciado una nueva estrategia de seguridad que incluye futuros ataques terrestres contra narcotraficantes en América Latina, en el marco de la reactivación de la Doctrina Monroe para reafirmar la hegemonía estadounidense en el continente.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que su gobierno planea iniciar ataques terrestres contra presuntos narcotraficantes en América Latina, como siguiente fase de su ofensiva contra el tráfico de drogas.

Trump afirmó que su administración posee información detallada sobre los sospechosos, incluyendo sus rutas y residencias, declarando: “Lo sabemos todo sobre ellos”.

Esta medida se suma a una controvertida campaña de bombardeos contra supuestas narcolanchas en el mar Caribe y el océano Pacífico, la cual ha generado condenas internacionales. Según el mandatario, esta “postura muy dura” ha logrado reducir el flujo de drogas por vía marítima en un 94%. Trump justifica su estrategia como una respuesta a una “guerra terrible”, citando la muerte de 300,000 personas en Estados Unidos el año pasado a causa del consumo de estupefacientes. Desde el verano, la ofensiva naval ha resultado en la destrucción de una veintena de embarcaciones cerca de Colombia y Venezuela, causando la muerte extrajudicial de más de 80 personas consideradas “narcoterroristas”. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, advirtió que estos ataques “apenas han comenzado”. Estas acciones militares forman parte de la nueva “Estrategia de Seguridad Nacional” para el segundo mandato de Trump, la cual reactiva explícitamente la Doctrina Monroe de 1823. El objetivo es consolidar a Estados Unidos como la “potencia preeminente en el hemisferio occidental”, evitando la presencia de fuerzas externas como China, Rusia o Irán. El documento describe un “reajuste” de la presencia militar estadounidense en la región para combatir el narcotráfico y la migración irregular, buscando además la cooperación de los gobiernos del hemisferio contra cárteles y otras organizaciones criminales. La implementación de esta política ha elevado la tensión en la región, particularmente con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, a quien Washington acusa de liderar el “Cartel de los Soles”. El despliegue naval ha alimentado rumores sobre un posible ataque en territorio venezolano, mientras la estrategia subraya la necesidad de que Estados Unidos actúe “con confianza donde y cuando sea necesario en la región” para garantizar su seguridad y prosperidad.