Entre la urgencia financiera y la sombra de la corrupción: el doble frente de Zelensky

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, enfrenta una compleja encrucijada: mientras implora a sus aliados europeos la liberación urgente de fondos para sostener la guerra contra Rusia, un grave escándalo de corrupción que involucra a su círculo íntimo amenaza con socavar su liderazgo y el apoyo internacional.

En un momento crítico para Ucrania, el presidente Volodymyr Zelensky ha lanzado un llamado desesperado a la Unión Europea para que supere sus divisiones internas y libere los activos rusos congelados, que ascienden a 162 mil millones de dólares. Zelensky califica esta financiación como una "cuestión de supervivencia" para la economía del país, devastada por la guerra, y para mantener el esfuerzo bélico ante el lento avance ruso y los continuos ataques a la infraestructura energética. La decisión de la UE ha sido pospuesta hasta diciembre debido a desacuerdos internos, como las exigencias de garantías legales de Bélgica y la negativa de Eslovaquia a que los fondos se destinen a gastos militares, lo que agrava la urgencia financiera de Kiev. Paralelamente, la administración de Zelensky se ve sacudida por una investigación de corrupción a gran escala que ha manchado su imagen de líder reformista. La Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania alega que una organización criminal, presuntamente dirigida por Timur Mindich, socio comercial del presidente, desvió y blanqueó 100 millones de dólares de la empresa estatal de energía nuclear. El escándalo ya provocó la dimisión de dos ministros del gabinete y ha puesto a Mindich, quien huyó del país, en el centro de la polémica. La revelación de grabaciones de escuchas telefónicas sobre sobornos millonarios ha indignado a la población ucraniana, que sufre apagones diarios.

Aunque Zelensky no ha sido implicado directamente y ha expresado su apoyo a las investigaciones, su credibilidad se ha visto afectada.

Previamente, intentó limitar la independencia de los investigadores anticorrupción, lo que generó las primeras protestas importantes durante la guerra. Este escándalo representa una vulnerabilidad política para el presidente, quien llegó al poder con la promesa de erradicar la corrupción. Socios internacionales, como el ministro de Asuntos Exteriores alemán, han instado a Ucrania a librar una "lucha decisiva contra la corrupción", aunque han reafirmado que el apoyo a Kiev en su defensa contra la invasión rusa continuará.