Tensión entre Venezuela y EE. UU. por la venta judicial de Citgo: Caracas denuncia 'despojo forzoso'

El gobierno de Venezuela ha condenado enérgicamente la venta de su filial petrolera en Estados Unidos, Citgo, autorizada por un tribunal de Delaware, calificando el proceso como un 'fraude' y un 'despojo forzoso' de su activo más valioso en el extranjero.

El gobierno venezolano rechazó categóricamente la decisión de un tribunal de Delaware, Estados Unidos, que autorizó la venta forzosa de Citgo, la filial de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). La vicepresidenta Delcy Rodríguez calificó el proceso como un 'vulgar y bárbaro despojo' y un 'fraude', asegurando que Venezuela no reconocerá la venta y tomará todas las medidas legales para impedirla. El procedimiento judicial, encabezado por el juez Leonard Stark, culminó con la adjudicación de la empresa a una filial de Elliott Investment Management. La subasta busca saldar deudas que superan los 20 mil millones de dólares, originadas por expropiaciones durante el gobierno de Hugo Chávez y bonos impagos bajo la administración de Nicolás Maduro. Sin embargo, la venta no es definitiva, ya que requiere la aprobación de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del gobierno estadounidense, cuya licencia de protección sobre el activo vence el 20 de diciembre. Caracas responsabiliza de la situación a la oposición venezolana y al gobierno de Estados Unidos. Desde 2019, Citgo ha estado bajo el control de una junta directiva nombrada por la oposición, después de que la administración de Donald Trump desconociera al presidente Maduro. El gobierno venezolano acusa a la oposición, a la que se vincula con María Corina Machado, de facilitar el 'robo' de la compañía. Por su parte, Horacio Medina, presidente de la junta opositora que administra Citgo, anunció que apelará el fallo judicial. El valor de la empresa se estima en unos 10 mil millones de dólares, según Medina. Esta disputa legal se desarrolla en un clima de alta tensión diplomática. La denuncia de Venezuela coincide con una reunión del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, convocada por el presidente Trump para discutir la situación venezolana, en medio de un despliegue militar estadounidense en el Caribe que, según Maduro, tiene como objetivo su derrocamiento.