El giro estratégico de SoftBank: de los chips de Nvidia al futuro de OpenAI, en medio de temores por una burbuja de IA



El gigante tecnológico y de inversiones SoftBank vendió en octubre la totalidad de sus acciones en Nvidia, el principal fabricante de chips para IA, por una suma de 5,830 millones de dólares. Esta decisión forma parte de un cambio estratégico orquestado por su CEO, Masayoshi Son, para concentrar sus recursos en lo que considera el futuro de la industria: los modelos avanzados de IA y la "superinteligencia artificial", materializando esta visión al liderar una inversión de 40,000 millones de dólares en OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT. Este movimiento ha sido financieramente exitoso para SoftBank, que registró un beneficio neto récord de 2.92 billones de yenes entre abril y septiembre, impulsado en gran medida por la valoración de sus inversiones en IA. La venta de la participación en Nvidia, justo cuando el fabricante de chips alcanzó una capitalización de 5 billones de dólares, fue interpretada por los mercados como una señal de cautela. Las acciones de Nvidia cayeron tras el anuncio, alimentando los temores existentes sobre una sobrevaloración en el sector de la inteligencia artificial, similares a los de la burbuja tecnológica del año 2000. Analistas y directivos de Wall Street ya habían advertido sobre la posibilidad de una corrección, señalando que el vertiginoso gasto en infraestructura de IA podría desacelerarse si las empresas no demuestran pronto una rentabilidad clara y beneficios tangibles. La decisión de un inversor como Son, conocido por sus audaces apuestas, de abandonar el hardware para enfocarse en el software y los modelos de IA, sugiere que podría ver un enfriamiento en el rally de los fabricantes de chips. El capital obtenido de la venta de Nvidia, junto con la liquidación de parte de sus acciones en T-Mobile, será destinado a financiar la ambiciosa agenda de SoftBank en IA. Esto incluye su participación en proyectos de gran escala como "Stargate", un programa de 500,000 millones de dólares para expandir la capacidad de los centros de datos en Estados Unidos. A pesar de las preocupaciones del mercado, la estrategia de Son es clara: posicionar a SoftBank no como un inversor pasivo en hardware, sino como un actor central en el desarrollo de la próxima generación de inteligencia artificial. Sin embargo, algunos analistas señalan el historial irregular de SoftBank en la gestión de sus acciones de Nvidia, recordando que ya había vendido una participación importante en 2019, justo antes de la gran explosión del sector.







