
La integración de Quick Share y AirDrop marca un hito en la comunicación entre los dos ecosistemas móviles dominantes, eliminando una fricción histórica para los usuarios. Aunque su despliegue inicial se limita a los dispositivos Pixel 10, la promesa de una futura expansión y el desarrollo unilateral por parte de Google señalan un cambio de paradigma hacia una mayor interoperabilidad.










