
La respuesta a las inundaciones ha demostrado una notable capacidad de movilización solidaria en México, con la apertura de numerosos centros de acopio en diversos estados, la donación de salarios por parte de legisladores y el envío de brigadas y recursos especializados. Esta unión de esfuerzos entre sociedad civil, sector privado e instituciones gubernamentales subraya la resiliencia y unidad nacional ante la adversidad.










