
La debilidad del dólar y la incertidumbre económica global han fortalecido el papel del Bitcoin como un activo de refugio, similar al oro. Inversionistas y analistas lo ven como una alternativa viable para proteger el capital frente a la devaluación de las monedas fiduciarias, una tendencia impulsada por figuras como Robert Kiyosaki y la creciente desconfianza en los sistemas financieros tradicionales.


