
La intoxicación de cientos de alumnos en Tijuana por desayunos escolares contaminados reveló fallas críticas en la supervisión del programa estatal. Aunque no hubo casos graves, el incidente obligó a las autoridades a iniciar una investigación contra la empresa proveedora y a revisar los protocolos de seguridad alimentaria para proteger la salud de la comunidad estudiantil.










