
La inesperada confesión de Dalilah Polanco sobre su vínculo con la secta NXIVM introdujo una nota de gravedad en el reality show, generando un amplio debate público. Su testimonio, aunque breve, reavivó el interés en uno de los escándalos más mediáticos de la última década y destacó el poder del programa para visibilizar temas complejos y personales.