
La final de 'México Canta' representa la culminación de una política cultural de gran escala que utiliza la música como herramienta para la construcción de paz. Al ofrecer una plataforma profesional a talentos emergentes de ambos lados de la frontera y dar al público el poder de decisión, el certamen no solo premia la creatividad, sino que también fomenta activamente un cambio en el discurso musical juvenil.










