
Bitcoin y el mercado de criptomonedas en general experimentaron una severa corrección, cayendo a mínimos de siete meses y eliminando las ganancias del año. La caída fue impulsada por la incertidumbre macroeconómica, la aversión al riesgo en los mercados globales y una salida récord de capital de los fondos institucionales, lo que generó un sentimiento de "miedo extremo" entre los inversionistas.



