
La serie de ocho homicidios en diversas ubicaciones de Culiacán, ejecutados con aparente coordinación, marca una significativa escalada de violencia. Este suceso, que incluyó a un exfuncionario entre las víctimas, ha motivado el inicio de múltiples investigaciones por parte de la Fiscalía y ha elevado las preocupaciones sobre la seguridad pública en la capital.









