Ana Isabel Esqueira: Pensar, sentir y crear desde “El camerino de Ofelia”
Fotografía: cortesía de Ana Isabel Esqueira.Revista Sector Nostalgia pasión por el retorno, digital, Vol. VI, Núm. 67 (septiembre de 2025)Por Aarón CoréY de alguna manera conservo, creo que ese mismo espíritu de querer aprender, de querer pensar el teatro, querer indagar qué es ese misterio.Ana Isabel Esqueira.👉👉👉Leer también: Regresa el Camerino de Ofelia dirigida por Gerardo Valdez El Camerino de Ofelia de Ana Isabel Esqueira dirigida por Gerardo Valdez retorna ahora la Sala Experimental del Teatro de la Ciudad | CONARTe y al Centro Cultural "La besana" con la interpretación de Carolina Iglesias, Itzel Lombraña y Liliana Cruz. En su temporada de estreno de 2022 contactamos a Ana Isabel Esqueira a través de redes sociales y respondió las breves preguntas que realizamos a propósito de la escritura y creación de esta puesta en escena que coloca al espectador como testigo de un debate público sobre lo íntimo y lo privado entre actos de Hamlet. Una mirada sensible a lo que verdaderamente siente el personaje vapuleado por Hamlet y que es imposible desvincular de la realidad que existe en torno a las relaciones amorosas. Antes de "El Camerino de Ofelia", estuvo tu gran proceso de preparación desde niña, a partir de lo que te transmitió la maestra que influyó en ti en Oaxaca y que nombras en una entrevista, tu paso por ENAT y 10 años en la Compañía Nacional de Teatro... ¿qué ha representado ser actriz durante todo este proceso hasta la fecha? Hola Aarón buenas tardes, antes que nada, agradecerte mucho las palabras que generosamente me compartes respecto de lo que te ha provocado mi trabajo y en concreto el texto de El camerino de Ofelia, lo aprecio mucho con toda sinceridad. Muchas gracias por tu interés.La obra dirigida por Gerardo Valdez e interpretada por Carolina Iglesias, Itzel Lombraña y Liliana Cruz se está presentado a través de Escena CONARTE en la Sala Experimental del Teatro de la Ciudad CONARTE el martes 2 y 9 de septiembre. Los miércoles 3 y 10 de septiembre a las 8: 00 pm. Yo honestamente creo que no hubo un momento en que escogiera dedicarme al teatro creo que el teatro me escogió a mí desde muy chiquita. Se me vienen muchas maestras a la cabeza que han sido fundamentales en mi historia, que como bien dices, se remonta a Oaxaca. Yo originalmente soy de la ciudad de México, pero a los tres años me mudé con mis padres a la ciudad de Oaxaca en donde pasé toda mi infancia y mi juventud por lo tanto me considero realmente oaxaqueña aunque propiamente no nací ahí. Pero sin duda marcó parte de quien soy y lo hace hasta el momento.En Oaxaca tuve la fortuna de contar con una maestra cuya pasión me contagió respecto a las artes escénicas, ella aún vive, sus hijas siguen haciendo un gran trabajo en Oaxaca y te estoy hablando de la primaria.Realmente era yo muy pequeña cuando empecé a tomar clases con ella y me encantó, o sea, me contagió. Sentí que era mi lugar. De manera que, nunca me planteé qué iba a estudiar. Para cuando llego la prepa, para mí era algo obvio que yo quería estudiar teatro.Entonces, pienso en mi maestra, pienso en la maestra Isabel Álvarez Labiana, que en la preparatoria fue quien me encaminó, fue quien me recomendó que me acercara a la Casa de la Cultura, un grupo independiente llamado Buscatablas, que existía en aquel entonces. Porque en algún ejercicio escénico que hicimos dentro de la clase de literatura, me parece, ella algo vio en mí, que pues dijo, “tú tienes que hacer algo con esto” y a partir de ahí, mi vida se volvió la Casa de la Cultura Oaxaqueña. El camerino de Ofelia, dirigida por Gerardo Valdez continuará sus presentaciones en Escena de dos ciudades, Centro Cultural La Besana, en Saltillo Coahuila el sábado 6 y 7 de septiembre a las 7 pm.Yo salía de la preparatoria y me iba a tomar clases de danza contemporánea, a estar en esta Compañía de Teatro Independiente, tomar clases de flamenco, en fin…fue una época en que siento que me nutrí muchísimo. Preparándome de alguna manera para ingresar a la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT), que también tenía yo muy claro desde un principio que quería estudiar ahí. Tuve la fortuna de ser aceptada en la primera vez que apliqué a hacer examen. Y ahí se me vienen otras caras de maestras que me han cimbrado como es Patricia Meraz y por supuesto la maestra Angelina Peláez, quien yo considero mi maestra fundamental en mi carrera. Ella, no solamente me acompañó durante mis años de formación en la ENAT, sino que también fue mi tutora cuando ingresé a la Compañía Nacional de Teatro. Ingresé yo muy joven, tenía cerca de 21 años, por ahí, casi 22 años.Y, pues fue toda una experiencia, ya de entrada, bueno, haber dejado mi casa en Oaxaca para venir a hacer el viaje en la ENAT y de alguna manera lo sentí como una especie de maestría, una continuación de mi formación llegar a la Compañía, puesto que sin yo tener expectativas de nada, porque realmente tenía muy pocas obras en mi experiencia, pero si algunos aspectos de mi formación que de alguna manera avalaban mi trabajo como el haber sido becada por el promedio que llevaba, etc.Entonces, el haber pasado las audiciones y que me hubiesen contemplado para ser parte del elenco, bueno, para mí fue una fortuna inmensa y algo de lo que voy a estar agradecida siempre. Implicó aprender de personas de la talla de la maestra Angelina, de Ricardo Blume (QEPD), de Rosenda Monteros (QEPD), de Farnecio de Bernal, de Ana Ofelia Murguía, de Julieta Egurrola, Luisa Huertas… en fin, ahí se me vienen más rostros que considero maestras fundamentales en mi manera de percibir el mundo del teatro y el mundo de la actuación.Desde ahí también, un poco, creo que se viene gestando El camerino de Ofelia, en tanto ciertas características que quedan retratadas de varias de estas mujeres sin ser ninguna en concreto. Pero sí varios rasgos, que creo que actrices jóvenes y actrices con más experiencia van a poder sentirse identificadas en ese texto.Y por supuesto, creo que habría sido imposible escribirlo si yo no hubiese atravesado por la experiencia de ser parte de la Compañía Nacional durante tanto tiempo.Lo cual también me permitió crecer, no es lo mismo la percepción que uno tiene del arte a los veinte, que a los treinta. Hoy por hoy, habiendo hecho cerca de treinta y siete obras, pues mi manera de relacionarme con el arte de la actuación es muy distinta a aquella adolescente que aplicaba para ser alumna de nuevo ingreso en la Nacional de Arte Teatral.Y de alguna manera conservo, creo que ese mismo espíritu de querer aprender, de querer pensar el teatro, querer indagar qué es ese misterio porque de alguna manera me sigo sintiendo una niña y yo creo que por eso estoy estudiando actualmente la maestría en dirección escénica en la Universidad de las Artes de Yucatán. También es ese mismo impulso el que me ha llevado a tomar los talleres de dramaturgia en un afán de expandir esta inquietud que tengo de pensar el teatro, más allá de como actriz o más allá de la escritura. Porque, aunque he escrito ya varias obras de teatro, no me considero como tal, hoy por hoy, una dramaturga formada.Creo que estoy apenas encontrando, encontrándome en este camino y ahora que estoy incursionando en la dirección de escena pues tampoco me puedo llamar a mí misma como una directora como tal que está en ciernes. Pero sí, una hacedora de teatro a la cual le interesa pensarlo desde las diferentes aristas que esto implica.¿Qué fue lo que te llevó a la experiencia de escribir y montar "El Camerino de Ofelia"?Como actriz, suelo encontrar en palabras ajenas y en discursos ajenos como son la autora, el autor, la directora y el director. Encontrarme ahí y trato de establecer una postura. No siempre se puede uno pronunciar con todos los personajes, pero intento como actriz, también tomar una postura y comprometerme a partir de lo que son las palabras ajenas. Y en mi proceso, en la Compañía, fui descubriendo que tenía la necesidad, no sólo de apropiarme de voces ajenas, sino de que tenía algo que decir.Y fue alrededor del 2015 que empecé a tomármelo más en serio y empecé a tomar talleres de dramaturgia, entre ellos con Alejandro Ricaño en el Centro Cultural Helénico, talleres diseñados por Luis de Tavira, Mario Moncada, con Rebekka Kricheldorf que es alemana respecto de cómo huir del cliché de la comedia. Entonces, quise hacer caso a esa intuición y fue un poco eso lo que me llevó a querer escribir en primera instancia una pulsión que tengo de compartir un tema con la salud.Mi primera obra se llama Migraña y, bueno, es derivada de un proceso de sanación al cual yo me he venido sometiendo respecto de esa enfermedad y poniendo como en tela de juicio si la enfermedad del alma es también la enfermedad del cuerpo y cómo podemos empezar a hablar con nuestro dolor. Independientemente del dolor en concreto como puede ser el dolor de la cabeza, yo quería hablar del dolor humano.Y desde ahí, fue mi primera inquietud para escribir. Y ahora el dolor, pues es un tema muy amplio y tuve un momento de una desilusión en el cual un personaje que se me había presentado como una posibilidad para ser encarnado, se me fue de las manos por azares del destino porque así es nuestra profesión.Y viví una especie de duelo, un dolor respecto del personaje al cual yo ya me había ilusionado. De alguna manera había empezado a trabajar en él y por algo el proyecto, como muchas veces sucede, pues no se terminó de concretar.Fue a partir de eso que hice una primera versión de El camerino de Ofelia como un Microteatro duraba quince minutos. Y después, durante la pandemia, te estoy hablando de esto a finales del 2019, en el 2020 nos cae la pandemia y en el encierro le comento mi inquietud a una colega.Una compañera mía con la que compartí algunos años en la Compañía Nacional de Teatro, de llevar este texto y de involucrarla. Y entonces, se empieza a gestar lo que derivará en el texto que ahora conoces como El camerino de Ofelia hecho para tres actrices con una duración más larga y planteando ya todo este cosmos de vincular el amor romántico con la escena.Como algo inasible, como algo que se nos va entre las manos porque es efímero y como algo que no podemos dejar de tener fe en que sucederá o no sucederá. Que no tenemos certezas al respecto, pero no por ello no vamos a dejar de lanzarnos a ese vacío y desde mi más grande amor, que es mi amor al teatro.Pues es que he escrito esta obra aquí y que creo que también con sus momentos de ironía o de comedia al vernos reflejados en un cierto patetismo, pues uno puede reflexionar sobre aquello que queremos que se modifique en nuestro porvenir.Muchas gracias Ana Isabel Esqueira por compartirnos tu tiempo, un poco sobre ti y el proceso de El camerino de Ofelia.Toda la buena vibra para el montaje, para la compañía y para el teatro regiomontano. Un abrazo y saludos.¡Vive la pasión por el retorno!¡Sigue todo nuestro contenido! Únete a nuestro canal de Whatsapp!Cómo citar:Aarón Coré. «Ana Isabel Esqueira: Pensar, sentir y crear desde “El camerino de Ofelia”>>, Revista Sector Nostalgia pasión por el retorno, digital, Vol. VI, Núm. 66, (septiembre). 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