
El desempeño mixto de los mercados accionarios globales fue una consecuencia directa de las señales económicas contradictorias de Estados Unidos. Mientras los mercados asiáticos mostraron optimismo, Europa y los futuros de Wall Street reflejaron incertidumbre. El factor clave fue el debilitamiento del mercado laboral, que consolidó las apuestas de los inversores por recortes inminentes de tasas por parte de la Fed, eclipsando las preocupaciones sobre la inflación.