
La escalada en la disputa comercial entre Washington y Pekín fue el principal catalizador de la volatilidad en los mercados, provocando una huida de los activos de riesgo y afectando a bolsas, divisas y materias primas a nivel global.
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La escalada en la disputa comercial entre Washington y Pekín fue el principal catalizador de la volatilidad en los mercados, provocando una huida de los activos de riesgo y afectando a bolsas, divisas y materias primas a nivel global.

La BMV cerró con una pérdida del 0,43% debido a la incertidumbre global, con la mayoría de sus principales emisoras en rojo. A pesar de una ganancia anual considerable, el desempeño de octubre refleja la vulnerabilidad del mercado mexicano a las tensiones comerciales externas.

Wall Street tuvo un cierre dividido: el Dow Jones avanzó ligeramente, pero el Nasdaq y el S&P 500 cayeron.
La jornada estuvo marcada por la aversión al riesgo debido a la disputa EE.UU.-China, aunque las declaraciones de la Fed y los reportes bancarios positivos moderaron las pérdidas.

El peso mexicano perdió terreno frente al dólar, cerrando cerca de 18.51, debido a que la aversión al riesgo por el conflicto EE.UU.-China superó el efecto de un dólar globalmente más débil.
Las declaraciones de la Fed ayudaron a limitar mayores pérdidas.

El oro marcó un récord histórico superando los 4,100 dólares por onza, impulsado por su rol como refugio ante las tensiones comerciales, las expectativas de una política monetaria más laxa por parte de la Fed y, fundamentalmente, por las compras estratégicas de bancos centrales que buscan reducir su exposición al dólar.

El petróleo WTI y Brent cayeron por debajo de los 59 y 63 dólares por barril, respectivamente. El descenso fue provocado por el temor a una menor demanda global debido a la guerra comercial EE.UU.-China y por el pronóstico de la AIE de una considerable sobreoferta de crudo para 2026.

A pesar de que los gigantes bancarios de EE.UU. como JPMorgan y Goldman Sachs superaron las previsiones con ganancias trimestrales récord, sus acciones cayeron.
El mercado reaccionó con escepticismo, considerando que los títulos ya cotizaban en niveles máximos y descontando los riesgos económicos persistentes.

El FMI advirtió que los mercados globales son complacientes y que los precios de los activos están sobrevalorados, lo que eleva el riesgo de una corrección abrupta.
Factores como las tensiones comerciales, los déficits fiscales y las vulnerabilidades en el sector no bancario amenazan la estabilidad financiera.

Instituciones financieras globales alertan que el entusiasmo desmedido por la IA está inflando los precios de los activos tecnológicos, creando una burbuja especulativa. La alta concentración del mercado y la inversión masiva aumentan el riesgo de una corrección severa si las altas expectativas no se traducen en resultados concretos.

Las declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, sobre un posible fin del ajuste cuantitativo y una postura flexible ante futuros recortes de tasas, lograron mitigar el pesimismo en los mercados. Sus comentarios aliviaron la presión sobre los activos de riesgo y los mercados emergentes.