
El peso mexicano exhibe una fortaleza fundamental gracias al diferencial de tasas y la debilidad del dólar, perfilándose para un cierre de año histórico. No obstante, su desempeño a corto plazo está condicionado por la volatilidad derivada de la política estadounidense, tanto interna (cierre de gobierno) como externa (guerra comercial con China), que ya ha causado episodios de depreciación.




