
El acuerdo en el Senado para reabrir el gobierno pone fin a una parálisis récord de 42 días, pero evidencia una profunda división en el Partido Demócrata. Aunque se restablecerán los servicios federales y los pagos a empleados, la disputa sobre los subsidios de salud (Obamacare) queda pospuesta, mientras el presidente Trump reclama una victoria política.













