
La campaña de ataques letales de Estados Unidos contra supuestas embarcaciones de narcotráfico representa una nueva y controvertida fase en su política antidrogas, utilizando la fuerza militar directa en aguas internacionales. Esta estrategia ha provocado la muerte de decenas de personas y ha generado fuertes tensiones diplomáticas y acusaciones de violaciones al derecho internacional por parte de países como Colombia y México.














