
La adquisición de la división de belleza de Kering por parte de L'Oréal por 4,000 millones de euros es un movimiento estratégico que fortalece el portafolio de lujo de L'Oréal con marcas como Creed y la licencia de Gucci, mientras permite a Kering concentrarse en la revitalización de su negocio principal de moda.









