
La OPA de BBVA sobre Sabadell fracasó al no alcanzar el mínimo de aceptación requerido, consolidando la independencia de Sabadell y obligando a BBVA a reevaluar su estrategia de crecimiento. El presidente de BBVA, Carlos Torres, descartó su renuncia, mientras que el mercado reaccionó positivamente para BBVA y negativamente para Sabadell.
La operación fallida fue celebrada por el gobierno español y otros actores políticos que temían una reducción de la competencia.










