
Pemex implementa una estrategia financiera para reducir su deuda a 85 mil millones de dólares para 2025 y normalizar los pagos a proveedores para 2026, utilizando un fondo con respaldo gubernamental.
Este plan busca mejorar su perfil crediticio y lograr la sostenibilidad a largo plazo, aliviando la carga de intereses heredada de administraciones pasadas.










