
El drástico aumento de la violencia de colonos en Cisjordania, con ataques a mezquitas, civiles y periodistas, ha generado una amplia condena internacional y la preocupación de funcionarios israelíes. Esta escalada, que coincide con la cosecha de aceitunas más violenta en años, es percibida por los palestinos como un esfuerzo sistemático de desplazamiento forzado, desestabilizando aún más una región ya volátil.










