
El ataque con drones a la FGE en Tijuana marca una escalada en las tácticas criminales, lo que ha llevado a una investigación por terrorismo y a llamados para una intervención federal.
El incidente subraya los graves y complejos desafíos de seguridad que enfrenta la ciudad fronteriza, evidenciados por la alerta de seguridad de Estados Unidos y las distintas reacciones de los gobiernos mexicano y bajacaliforniano.










