
El contrato entre Grupo Carso y Pemex, valuado en hasta 1,991 millones de dólares para perforar 32 pozos en el Campo Ixachi, representa una alianza estratégica clave para aumentar la producción de hidrocarburos en México. Aunque el acuerdo impulsa la inversión privada en el sector energético bajo un esquema de pago diferido, también presenta riesgos financieros y operativos debido a la dependencia del cumplimiento de pagos de Pemex.













