
El asesinato del alcalde Carlos Manzo en Uruapan, quien luchaba abiertamente contra el crimen, provocó una masiva protesta ciudadana y la inmediata respuesta del gobierno federal con el 'Plan Michoacán'. Este plan incluye una inversión millonaria y el despliegue de más de 10,000 elementos de seguridad para 'sellar' el estado, en un nuevo intento por pacificar una región históricamente golpeada por la violencia.










