
La explosión en Iztapalapa constituyó una de las tragedias más graves del año en la Ciudad de México, evidenciando fallas regulatorias críticas, como la operación de transportes de alto riesgo sin seguros vigentes. La respuesta coordinada de las autoridades y los actos de solidaridad ciudadana destacaron en medio del caos, mientras la investigación busca deslindar responsabilidades.