
El caso de Silverio Villegas ha intensificado las tensiones sobre las tácticas de las agencias migratorias de EE. UU. y el uso de la fuerza letal. La llegada de sus restos a Michoacán ha avivado el clamor por justicia y transparencia tanto de su familia como del gobierno mexicano, que monitorea de cerca la investigación exigida a las autoridades estadounidenses.