
El creciente número de víctimas por la explosión en Iztapalapa subraya la gravedad del incidente y sus consecuencias a largo plazo para la comunidad. El caso evidencia la necesidad urgente de reforzar las normativas sobre el transporte de sustancias peligrosas y de mejorar los sistemas de apoyo para todas las víctimas, incluidas las poblaciones más vulnerables que a menudo son invisibilizadas.