
La decisión del DOT de terminar la alianza Aeroméxico-Delta, motivada por políticas aéreas mexicanas consideradas anticompetitivas, genera un reacomodo en el mercado aéreo norteamericano. Aunque Aeroméxico y la Presidencia minimizan el impacto, la industria y los pilotos advierten sobre riesgos para la conectividad, el empleo y los consumidores, marcando el fin de una era de cooperación estratégica.