
La jornada del 13 de noviembre marcó un abrupto cambio de rumbo para los mercados de Wall Street, poniendo fin a una racha de optimismo. La combinación de valoraciones tecnológicas elevadas, la decepción por resultados corporativos y, sobre todo, el desvanecimiento de las esperanzas de un inminente recorte de tasas por parte de la Fed, generó una ola de aversión al riesgo que provocó la peor caída bursátil en un mes.







