
La nueva política de Donald Trump señala la posibilidad de una acción militar unilateral contra los cárteles, pasando por alto la soberanía mexicana y la autoridad del Congreso estadounidense, a pesar de sus elogios a la presidenta Sheinbaum. México ha rechazado oficialmente estas acciones, lo que crea un punto de alta tensión diplomática y redefine los términos de la cooperación en seguridad bilateral.










