
El ataque armado contra la escolta de la familia del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, dejó dos agentes heridos y puso de manifiesto la grave situación de inseguridad en la entidad. A pesar de que la nieta del gobernador, quien viajaba en el vehículo, salió ilesa, el suceso es el segundo de su tipo en el mes y ocurrió durante una visita del gabinete de seguridad federal, lo que evidencia el desafío que representa el crimen organizado para las autoridades.