
La Operación Lanza del Sur representa una escalada militar significativa de la administración Trump en Latinoamérica, justificada como una lucha antidrogas pero percibida por actores regionales e internacionales como una violación del derecho internacional y una amenaza directa a la soberanía de Venezuela. La ambigüedad sobre las intenciones finales de Trump y los ataques letales ya ejecutados mantienen a la región en un estado de máxima alerta.











