
La alianza entre Grupo Carso y Pemex para desarrollar el Campo Ixachi es un movimiento estratégico que podría incrementar sustancialmente la producción de hidrocarburos en México. Aunque el innovador modelo de financiamiento diferido ofrece un respiro a las finanzas de Pemex, también transfiere un riesgo financiero significativo a la empresa de Carlos Slim, que depende de la capacidad de pago futura de la petrolera estatal para materializar los beneficios de esta inversión multimillonaria.












