
El relanzamiento del PAN marca una ruptura estratégica con el PRI y un intento de reconectar con la ciudadanía mediante una nueva imagen y la apertura de candidaturas. Sin embargo, enfrenta escepticismo sobre la profundidad del cambio, con críticas que señalan la permanencia de los mismos liderazgos y una ideología conservadora que podría no resonar con un electorado más amplio.










