
El cierre de gobierno, el más largo en la historia de Estados Unidos, ha provocado una severa crisis económica y social, con un costo multimillonario y la interrupción de servicios clave como el control aéreo y la ayuda alimentaria. El estancamiento político, centrado en una disputa sobre subsidios de salud, refleja la polarización entre la administración Trump y los demócratas, con el presidente culpando a la oposición por la parálisis y sus consecuencias electorales negativas para el Partido Republicano.














