
La ruptura del acueducto Florido-Aguaje, una infraestructura con más de 40 años de antigüedad, dejó sin agua a 632 colonias de Tijuana y Rosarito, y 95 en Ensenada, por hasta 72 horas. El incidente, que causó un socavón y daños materiales, evidenció la necesidad crítica de modernizar el sistema hídrico de la región para evitar futuras crisis.