
La contracción del PIB en el tercer trimestre, confirmada por el Inegi, refleja una debilidad estructural en el sector industrial, exacerbada por la incertidumbre comercial y factores internos.
Aunque los sectores primario y de servicios mostraron resiliencia, el panorama general apunta a un estancamiento que ha llevado a la baja las previsiones de crecimiento para 2025.











